ÓSCARS 2016: ELRENACIDO Vs. SPOTLIGHT

No soy una experta en cine, aunque se me da bien aparentarlo. Solo soy una apasionada del séptimo arte, que va aprendiendo cosas de aquí y de allá, que tiene un concepto general de cómo se hace una película y de lo que se debe valorar objetivamente en ella, pero al final me pierde el punto de vista subjetivo, y por eso nunca debéis de fiaros de mis opiniones, porque son absolutamente personales y eso significa que no son una guía fiable.
Una vez hecha esta declaración, vamos con las dos grandes favoritas a los Óscar de este año.
Empiezo por El Renacido, que es la que a priori parece la mejor pero no es mi candidata.
Me declaro fan absoluta del Birdman de Alejandro G. Iñárritu, la ganadora del año pasado, que tengo la impresión de que ha pasado sin pena ni gloria por la cartelera española, pero El Renacido y Birdman son dos películas muy distintas, a pesar de estar firmadas por el mismo director.
Birdman aparenta ser una película pequeña. Unos escenarios teatrales (en este caso en doble sentido, puesto que la mayor parte de la acción transcurre dentro de un teatro, y los exteriores son mínimos), un reparto no muy extenso, mucho diálogo, mucha psicología… Y precisamente todo eso la hace tan grande. Porque ese pequeño escenario es el lugar en el que se puede jugar con la cámara a fingir un constante plano secuencia, como si a lo largo de la película no hubiera cortes ni montaje de ningún tipo. Porque ese reparto es glorioso y está absolutamente entregado a su papel. Porque los diálogos son brillantes y tienen frases que se repiten en tu mente mucho tiempo después de escucharlas. Y porque la psicología de ese actor, trastornado por su pasado glorioso y por un futuro que no consigue alcanzar, te fascina y te hace reflexionar sobre el sentido de lo que hacemos con nuestras vidas.
Todo esto que es grande en Birdman, no lo tiene una película mucho más ambiciosa y grandilocuente como es El Renacido.
Y no es que falle el director, ni el gran Leonardo Dicaprio, que sí, se merece por fin el maldito Óscar, ni mucho menos falla esa fotografía por la que enmarcarías cada uno de sus fotogramas… Es la historia. No hay una gran historia. Los personajes no dan juego para esos brillantes diálogos, y ni siquiera es novedosa. Los que llevamos muchos años viendo cine, hemos visto pasar todas las etapas: del western épico de John Ford, al espagueti western, al western crepuscular… Hemos visto películas en las que los indios siempre eran los malos, otras en las que no era tan malos, solo vengativos, y otras en las que son solo víctimas. Hemos visto más historias de tramperos, de gente desesperada tratando de ganarse la vida en circunstancias terribles. Hemos visto demasiadas muertes, demasiados renacidos, y demasiadas venganzas.
Y por eso, para mí, El Renacido no aporta más que la gran actuación de Dicaprio (y no me olvido de Hardy y hasta de Gleeson, el actor que está en casi todas las nominadas del año, al parecer), una fotografía fascinante de un paisaje fascinante, y algunas bellas escenas oníricas que se convierten en los momentos más interesantes de todo el largometraje.


Y ahora vamos con Spotlight, la película pequeña del año. Quizá debería decir falsamente pequeña, porque a vece no es tan fácil recrear un pasado reciente como nos parece. La historia del equipo de investigación del Boston Globe que destapó los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia Católica, y cómo la Diócesis de Boston, conociéndolos, los había silenciado sistemáticamente, manipulando a las víctimas y no castigando a los culpables. Un reportaje que ganó el premio Pulitzer en 2003 y que cambió y sigue cambiando la forma en la que miramos a la Iglesia Católica, sus parroquias, sus colegios, y que solo fue la punta del iceberg de lo que luego se ha ido descubriendo. No quiero adentrarme en ese tema, porque la entrada se alargaría hasta el infinito, así que voy a centrarme en la película.
¿Qué nos ofrece Spotligth?
Un reparto que se merece un Óscar al mejor casting (todos los años hay alguna película que me hace pensar en la necesidad de instaurar esa categoría), y del que solo están nominados como secundarios Mark Ruffalo (lo tiene difícil, con el éxito de Sylvester Stallone en Creed), y Rachel McAdams (que tendrá que pelearse con Rooney Mara, de la que hablan maravillas por su papel en La chica danesa).
Un guión basado en la investigación periodística, que en ningún momento intenta caer en el morbo, ni provocar la lágrima fácil con narraciones innecesarias de horrores que todos podemos suponer, y que ya hemos leído por desgracia en la prensa de medio mundo, y ni siquiera en la ira contra los culpables, sino más bien en nuestra responsabilidad como sociedad para que no vuelvan a repetirse atrocidades semejantes.
Una historia lenta, pausada, pero que mantiene el interés en todo momento, y que te ofrece incluso más de lo que esperas a lo largo de su desarrollo.
Y lo más importante: una película absolutamente necesaria. Porque una historia así, debemos recordarla siempre y tenerla muy presente. Porque las personas que no conocen su pasado están condenadas a repetirlas.
No soy miembro de la Academia, pero tengo muy claro para qué película (de las que he visto, que no las he visto todas, aviso), va mi voto, y es Spotlight.
Por lo equilibrado de su casting, y porque unas actuaciones severas y contenidas, no son, ni mucho menos, de menor valor, que otras más intensas y dramáticas.
Por su guión, sencillo de entender, y muy efectivo.
Porque cuenta una historia necesaria.
Porque me ha llegado.
Ya advertí al principio que mi opinión no se basa, apenas, en técnica ni en calidad, sino que es absolutamente subjetiva, y por eso creo que, este año, la película pequeña es muy grande, y se lo merece todo.


Comentarios

Pepa ha dicho que…
A mí me apetece verla, pero creo que más para disfrutar de la fotografía en pantalla grande que para disfrutar del guión. NO quiero opinar sin haberla visto, así que ya veremos.
A ver si este mes saco algo de tiempo
Un besote

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