LA CITA: Hoy Anne Rice
La famosa autora de las novelas superventas bajo el título general de "Crónicas vampíricas", de las cuales todos conoceréis, bien por escrito bien por su adaptación al cine, "Entrevista con el vampiro", en los últimos años ha pasado por muchos e importantes cambios en su vida. Tras diagnosticársele diabetes a ella y un cáncer a su esposo que acabó con su vida en seis meses, cayó en una profunda depresión de la que logró salir tras un acercamiento profundo a la religión cristiana.
Sin embargo, años después, ha renunciado a la misma por varios motivos, que hoy destaco como frase del día, muchos de los cuales yo misma suscribiría:
"En el nombre de Cristo, me niego a ser antigay. Me niego a ser antifeminista. Me niego a ser anticontrol de la natalidad. Me niego a ser antihumanismo secular. Me niego a ser anticiencia. Me niego a ser antivida. En el nombre de Cristo, dejo el cristianismo y el ser cristiano. Amén."
Comentarios
Un saludo
¡En el nombre del demonio, malaventurados sean los hombres que siguen sembrando discordia!
Samuel L.
No es mi intención, como dice Manuel, crear controversia. Pero te dejo esta información para que compruebes por ti misma la frivolidad con la que se suele confundir el Cristianismo y la Catolicismo:
"El cristianismo no hace ni monasterios ni anacoretas, porque no puede aislarse más de lo que lo hace la luz del sol, y de manera idéntica trata de difundir todo su esplendor. Es el catolicismo el que ha poblado los desiertos de solitarios, y las ciudades de comunidades religiosas, unos para dedicarse con mayor aprovechamiento a su salvación individual y los otros para ofrecer al mundo, que consideran corrompido, algunas imágenes de virtud y piedad que lo espabilarán de su letárgia.
El cristianismo no tiene ninguna secta, porque abarca la unidad, y siendo única, no puede dividirse consigo misma. El catolicismo ha visto nacer en su seno multitud de cismas y sectas que han ido incrementando el reino de la división, más que el dominio de la concordia, y este propio catolicismo, cuando se creyó en el más perfecto grado de pureza, apenas encuentra dos miembros de su fe que posean una creencia uniforme.
El cristianismo no ha hecho jamás cruzadas; la cruz invisible que lleva en su seno no tiene por finalidad más que el consuelo y la felicidad de todos los seres. Ha sido una falsa imitación de este cristianismo, por no decir más, el que ha inventado estas cruzadas, y ha sido inmediatamente el catolicismo quien las ha adoptado; pero es el fanatismo quien las ha dirigido, el jacobinismo quien las compuso y el anarquismo el que se puso a su frente, y por último el "bandolerismo" el que las ha realizado.
El cristianismo sólo le ha hecho la guerra al pecado; el catolicismo va por el sendero de las autoridades y las instituciones. El cristianismo no es más que la ley de la fe; el catolicismo es la fe de la ley.
El cristianismo es la instalación completa del alma del hombre en el rango de ministro y obrero del Señor; el catolicismo limita al hombre en el seno de su propia salud espiritual.
El cristianismo une sin cesar al hombre a Dios, como siendo, por su naturaleza, dos seres inseparables; el catolicismo, al utilizar en ocasiones el mismo lenguaje, nutre, sin embargo, al hombre de tantas formas que le hace perder de vista su objeto real y le hace adquirir, o incluso viciarse, en numerosos hábitos que no sirven siempre para el provecho de su verdadero avance. [...]
El cristianismo es una activa y perpetua inmolación espiritual y divina, sea del alma de Jesucristo, sea de la nuestra. El catolicismo, que descansa particularmente en la misa, no ofrece en ella más que una inmolación ostensible del cuerpo y sangre del Reparador. [...]
El cristianismo pertenece a la eternidad; el catolicismo es del tiempo.
El cristianismo es el término; el catolicismo, a pesar de la imponente majestad de sus solemnidades, y por encima de la santa magnificencia de sus admirables rezos, no es más que el medio.
Finalmente, es posible que existan muchos católicos que no sean capaces de juzgar todavía en qué consiste realmente el cristianismo; pero es imposible que un verdadero cristiano no se encuentre en estado de juzgar lo que es realmente el catolicismo y en qué consiste en realidad lo que libera al ser."
En el nombre de la libertad de consciencia universal, en el nombre de las y los que siembran paz y comprensión, como Anne Rice, amén.
Por mi parte, cuando digo que estoy de acuerdo con la mayoría de las cosas que dice, por supuesto lo hago como oposición a las doctrinas de la Iglesia Católica.
La misma Iglesia en la que de niña me enseñaron a amar al prójimo, a perdonar, a ser caritativa... Y que ahora, en pleno siglo XXI, insiste en que ser gay es una enfermedad, que el amor fuera del matrimonio es pecado, que las mujeres debemos tener -dentro del matrimonio- todos los hijos que Dios nos mande, sin métodos anticonceptivos aceptables, sin opción alguna de aborto, ni siquiera en el más terrible de los casos (violaciones, peligro de muerte de la madre), etc., etc., y después se asombran de la pérdida de fieles. Si es que no hay mayor ciego que el que no quiere ver.
Lo mismo que los que dicen: Aborto no, pedofilia sí!
Y tanto que tiene que ver!
Beso y un gran bravo!
PEPE