CUATRO DIAS DE LOCURA, PERO YA HE VUELTO

Primero pedir disculpas a los compañeros de relatos de los jueves. Aún no he podido leer ninguno, pero espero hacerlo entre hoy y mañana. Y ahora viene la historia de mi desaparición virtual:

El jueves pasado, a las 7 de la mañana mi hijo recibió una llamada (Clara, ya sabes que te queremos, pero casi nos provocas un infarto masivo a toda la familia). Tal y como esperábamos, deseábamos y nos temíamos, había sido admitido en la Facultad de Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid.

El problema, que habrán vivido en sus carnes todos los que se examinaron de selectividad en septiembre, en este año de transición a Bolonia, es que las clases en la Universidad comenzaron en septiembre, con lo que los alumnos que realizan ahora su matrícula, llegan con el curso muy empezado, e incluso desde la web de la Facultad se les invita a incorporarse a las clases inmediatamente, antes incluso de formalizar la matrícula.

Resumiendo, que en estos cuatro días hemos tenido que realizar la matrícula, solicitar la beca (que finalizaba el plazo el viernes), buscarle alojamiento y ayudarle a instalarse. Y allí está el niño ahora, a falta de un mes para cumplir dieciocho, compartiendo piso con tres compañeros mayores que él, y buscándose la vida literalmente, tanto a nivel de estudios, como de convivencia, etc.

Los que soléis visitar mi blog, ya sabéis que no suelo hablar mucho de temas personales, pero esto es algo importante, uno de esos momentos en la vida que recordarás siempre, y por eso he hecho una excepción. Ya tengo un hijo universitario (supongo que eso me hace muy mayor, pero es algo que nunca me ha importado), está estudiante la carrera que quería y en el sitio que quería, aunque a todos nos de bastante miedo tenerlo tan lejos y en una ciudad desconocida, pero la satisfacción y la ilusión pesan más en la balanza.

Un beso, Diego, y recuerda la gran despedida de E.T. "Sed buenos" y "Estaré aquí mismo."