INQUIETUDES COTIDIANAS (1)
SANGRE
©Teresa Cameselle
Le vi llegar por mi derecha. El blanco níveo de sus ropas, ahogado bajo un torrente escarlata. Cruzó el pasillo sin que nadie más pareciera reparar en él, todos ocupados en nuestros asuntos. Al poco desapareció por una puerta y la sensación de inquietud me abandonó, rauda, como había llegado.
Pendiente ya de mis quehaceres cotidianos, recogía mis bolsas cuando le vi aparecer de nuevo. A sus espaldas cargaba parte de un cadáver descuartizado.
La cajera me daba los buenos días mientras me entregaba el ticket de compra. Lo dejé caer dentro de una bolsa, la que llevaba una bandeja de filetes de ternera. Mejor algo de pescado para cenar, pensé, mientras el carnicero ya salía de vuelta al furgón frigorífico.
Comentarios
Un beso
Por un instante he visto a un pobre hombre ensangrentado sin nadie que le ayudase con sus heridas, le imaginaba ya tirado en un rincón solitario y oscuro abandonado por todos, cuando descubro que es el carnicero.
Menuda mezcla de imágenes se me ha quedado en la cabeza, creo que yo mañana apostaré por el pescado.
Un beso de Mar