Sábados literarios. Hoy la segunda oportunidad.
¿Y SI...?
©Teresa Cameselle
–Sólo te pido una segunda oportunidad, por favor.
Cerré la ventana dando así por finalizada la conversación. Aún no sabía cómo me había metido en aquel lío.
Tres meses atrás había conocido en una red social a una chica que utilizaba el seudónimo de Ninotchka, su avatar era una bellísima foto de Greta Garbo. Empezamos hablando de cine clásico y ya no pudimos parar. Cambiamos a temas musicales y ocurrió lo mismo, también en cuanto a arte, moda, diseño, libros... Y a ninguno de los dos nos interesaba el fútbol, ni los deportes en general.
Claro, le pedí una cita. Ella se hizo de rogar, pero al fin logré que quedáramos en una coqueta cafetería del centro.
Yo llegué el primero, nerviosísimo, mirando el reloj a cada minuto. La hora pasó sin que mi Ninotchka apareciera. Al fin le encontraba algún defecto, como todas las mujeres, se hacía esperar. Empecé a impacientarme y más al ver que un tipo sentado en la barra no me quitaba ojo. Cuando nuestras miradas se cruzaron por tercera vez, el desconocido se puso en pie y se acercó, extendiendo su mano.
–Hola, soy Jorge –dijo, luciendo una sonrisa de presentador de informativos. No pude evitar fijarme en su traje, perfectamente cortado, que se adaptaba a un cuerpo de deportista no demasiado musculado. Me recordaba a alguien y de repente supe a quién. A Jude Law.
–¿Nos conocemos?
–Bueno, me da un poco de apuro decirlo en voz alta –su sonrisa se amplió mientas se sentaba a mi lado–. Soy Ninotchka.
¿Una broma pesada? ¿Una cámara oculta? Le hice mil preguntas y recriminaciones, busqué a mi alrededor a posibles compinches de aquel esperpento, él aguantó el chaparrón con gesto sereno y comedido.
–Tú sabías que yo era un tío. Por favor, si te envié una foto por correo –una luz se encendió en mi cabeza y de nuevo repasé su ropa impecable, su perfecto corte de pelo, sus uñas de manicura–. Ahora lo entiendo todo. ¿Por qué haces esto?
–No me gusta identificarme como gay en la red. La mayoría de los tíos van a lo que van.
–Pero yo soy hetero. Conmigo ni siquiera tienes una oportunidad. Somos por completo diferentes.
–¿De verdad crees eso después de todo lo que hemos compartido estos tres meses?
Me fui del bar como alma que lleva el diablo. Durante quince días no respondí a sus correos ni a sus intentos de conversación. Hasta hoy que me pilló en un momento de bajón y le dejé hablarme por el messenger.
Una segunda oportunidad me pedía con todo descaro. Y yo, que añoro nuestras conversaciones de horas, aquellos momentos en los que descubríamos otro músico en común, otro libro inolvidable, otra escena grabada por siempre en nuestras retinas: derrotado, reconozco que en mi vida encontraré a otra persona más afín. ¿Qué más da si es mi alma gemela o mi media naranja? Total, nunca he tenido suerte con las mujeres.
Hago clic sobre el muñeco verde y allí está, esperándome, con la webcam encendida. Visto en la pantalla se parece aún más a Jude Law. Qué guapo que es el condenado.
–Cuándo quedamos? :D
Comentarios
He estado viendo lo de los " Sábados literarios" y tiene buena pinta, si me animo participaré el sábado del mes que viene.
Sigue escribiendo así :D
Si impartes un seminario o un taller y me cae razonablemente cerca,me apunto.
Saludos de NADA
Hola, Nada, muchisimas gracias por tus palabras, son muy halagadoras. Yo no imparto talleres, de hecho sigo siendo alumna de mi profesor Ramón Alcaraz, puedes buscar información sobre él en el blog y en la web del taller:
tallerliterario.net
desvaneros.blogspot.com
Besos.
Me ha encantado tu segunda oportunidad.
Me ha recordado cuando escribimos Una historia de internet, por la historia que cuentas, pero !que bien! !como la cuentas!, y ademas la foto de Jude Law que es más que guapo.
Felicidades maestra.
Un besito
Genial, Teresa. Tu relato además de bonito es interesante. Te envidio con envidia sana.
Un beso
Muy ameno, Teresita.
Te deseo un feliz día.
Besos
Cualquiera le dice que no al bellísimo Jude Law, ni que sea un tío, !vamos!
La segunda oportunidad le descubre que nunca se puede decir de este Law no beberé. !Que sean felices! tienen gustos parecidos, et, et. LO que da la red, a ver si me sale contactar con el Jonathan Rhys Meyers, por pedir que no quede y por probar.
Teresiña, jajaja, últimamente estás tú muy pillina sacando fotos que nos pierden!!! Bico.
Realmente la trama ha sido muy original y muy sugerente...
Un saludo.
Lo digo de nuevo, me ha encantado!.
Besos guapa
Es muy bueno tu relato y tal vez... mucho más común de lo que creemos.
La verdad es que el Amor puede impregnar los corazones sin distinción de sexos.
Me ha encantado.
Un beso.
Cuando al final encuentras una persona afín a tí y descubres que es de tu mismo sexo debe ser un flas enorme, pero el corazón no entiende de razones
Un beso de Mar
En realidad, la segunda oportunidad, se le da uno a sì mismo.
En esto, el relato, ha enfocado muy bien ese problema. El que hace referencia a el que hace referencia a gustos e inclinaciones sexuales. Pero a mi no obstante, conceder .. me resulta peligroso.
Un saludo,
Tèsslo
Estupendo relato, felicidades.
Con cariño
Mari
Besos
Felicidades ( tambien por la foto ! )
Besos desde Málaga.
Muy bueno, yo también me apunto a lo que impartas de lo que sea si te lo llevas a él.
Un abrazo, guapetona.
Entretenido y estupendo relato.
Gracias Teresa por acompañarme en este mi primer viaje como conductora.
Un besazo
Un beso
Me gusto.
Saludos.
Este me ha parecido perfecto en su exposición, diría que cinematográficamente perfecto.
Lo he visto, los he visto y los sigo viendo, por los siglos de siglos, amén.
Besos
Quienes somos realmente, de qué nos enamoramos? en fin.... que no sigo porque no viene al caso. Palabras sobran después de leer las tuyas.
Besos.
se perfectamente que este sabad0 ha sid0 un0 de l0s mej0res en t0d0s l0sa spect0s, tant0 en las ideas dejadas c0m0 en las f00rmas de eexpresarlas...
est0, just0 est0, es l0 que dig0 de tu ap0rtaci0n, teresa camesselle.
un medi0 besaz0
cariños,un gusto leernos
Las mujeres, lo entiendo, caemos rendidas ante Jude Law y nos extraña que al final haya rendición.
Los hombres, os veo más reacios, pero se agradecen igualmente, mucho, vuestros parabienes.
Besos a repartir.
Las mujeres, lo entiendo, caemos rendidas ante Jude Law y nos extraña que al final haya rendición.
Los hombres, os veo más reacios, pero se agradecen igualmente, mucho, vuestros parabienes.
Besos a repartir.
¡Qué pluma tienes, chica! (y conste que no lo digo con doble intención)
:)