Carnaval, carnaval...
Me gusta el carnaval, siempre me ha gustado, desde pequeña cuando me disfrazaban de bailarina de ballet, de flamenca, de mariposa...
Me gusta más el carnaval que San Valentín, ya puestos. Curioso que este año coincida el día del amor en domingo de carnaval. Paradojas. No me hace falta un día especial para sentirme especialmente enamorada, para celebrar la fortuna de tener a mi lado a quien más quiero, eso ya lo agradezco todos los días.
Pero sí me gusta tener un día, unos días, para ser otra persona, para tener la oportunidad de transformarme y convertirme en una hechicera, una princesa, una mujer pirata.
Cuando era pequeña, en Mugardos, mi pueblo, nos disfrazábamos a diario con cualquier ropa vieja que teníamos en casa, una careta de cartón, y a salir a la calle a bromear con todo el que te encontrabas. Aquí en Ferrol eso se estila menos, quizá porque en una ciudad ya no conoces a tus vecinos, y entonces las bromas no tienen sentido.
Por eso me ha encantado encontrarme el viernes en mi calle a un personaje vestido de cura, ropas negras, y con una máscara y peluca blancas sacadas de alguna película de terror. Al pasar por su lado me miro con sus ojos refulgentes, su Biblia apretada contra el pecho, y me lanzó una exhortación con voz alga y engolada: "Hermana, no la he visto este domingo en misa. El próximo domingo tendrá que confesarse dos veces". Aún me dura la risa.
Anoche fui a bailar (hacía tanto tiempo que no salía a bailar, con lo que a mí me gusta), y me encontré con que la mitad de la gente se había disfrazado. Me dieron envidia, pero el caso es que antes habíamos ido a cenar a un bonito restaurante (de nuevo San Valentín mezclándose con el carnaval), y aproveché para ponerme algo bonito, a pesar de que el frío no invitaba precisamente a los escotes y las mangas cortas.
Caminando por la discoteca me crucé con el protagonista de V de Vendetta (el de la imagen) que, muy galante, se inclinó a mi paso, abriéndome el camino en la sala atestada. Eso es una de las cosas que me encanta del carnaval. Ponle a un hombre una capa y no podrá resistirse a hacerte una reverencia, como si en el fondo todos añoráramos tiempos pasados que sólo hemos conocido en el cine.
Sí, me encanta el carnaval.
Comentarios
medi0 bes0.
Tengo recuerdos vagos de haberme disfrazado de flamenca en carnaval, cuando aún vivía en Murcia. Era muy pequeña.
Después, en Gerona no vi disfraces hasta pasados unos años. Los colegios rescataron la costumbre y los adultos comenzaron a concursar en las discotecas; pero no los veías por la calle. Aquí en Francia igual, es el colegio el que vive la tradición. No sé en las discotecas, porque yo hace años que no he pisado una.
Feliz "San Valnaval" ;)
¿Sabes lo que echo de menos?
Las orejas, mi madre solía haceras riquísimas.
Abrazo, Teresa.
Besos para todos.
:D