UNA PUBLICACIÓN AL AÑO
Hace unos días me llamaba la atención un
tuit de Nuria Llop que en respuesta a una lectora, decía que no podría escribir
más de una novela al año, declaración a la que nos unimos Ana Iturgaiz y yo.
Una novela al año. A algunos les parecerá
un plazo muy breve, a otros larguísimo. Opiniones hay para todos los gustos,
aunque quizá hace algunos años, antes de esta inundación de sagas y trilogías,
a nadie se le hubiera ocurrido pensar que se podía escribir dos o tres novelas
en un año.
Y digo escribir, que no es lo mismo que
publicar.
Me explico, para que no haya dudas. Me
consta que de entre los autores noveles que surgen a diario en España, muchos
llevarán años y años escribiendo, sin decidirse a publicar, o recibiendo
rechazos de sus propuestas en las editoriales. El resultado de esto puede ser
que, una vez publicada una novela con éxito, el resto de obras que guardaba en
sus cajones sean editadas a un ritmo vertiginoso, y de repente, un nombre
desconocido, haya publicado seis novelas en dos años.
La otra cuestión es la del autor
profesional, el que escribe ocho horas diarias, tiene las ideas claras y
facilidad para enhebrar historias, y consigue efectivamente escribir una novela
en dos o tres meses. No puedo opinar con conocimiento de causa, porque yo no
dispongo de ese horario, y solo puedo dedicarle una hora al día a mis novelas. Quizá
si les dedicara todo mi horario laboral, también escribiría tres novelas al
año, pero en realidad lo dudo.
La cuestión es que las tres autoras de la
conversación escribimos novela histórica, y sin pretender entrar en una
discusión sobre géneros mayores o menores, y poniendo por delante mis propias
publicaciones, os aseguro que no es lo mismo escribir una novela en el Madrid
de fin de siglo XIX, que una en Santiago de Compostela en 2010. La
documentación, el cuidado y la constante revisión (de descripciones, vestuario,
vocabulario…) a la que me obliga una obra como “Quimera”, están muy alejadas de
lo simple que resulta escribir una comedia ligera, en época actual, con
personajes que podrían fácilmente ser amigos o conocidos.
Y aún así, tengo que confesar, que esta
segunda novela, “No soy la Bella Durmiente”, también me llevó años terminarla.
Pero eso era antes, cuando no tenía un hábito de escritura creado, y empezaba y
abandonaba varias novelas a la vez, sin lograr centrarme en una.
El resultado de aquel caos es que, cuando
por fin en el año 2012 terminé la novela de mis desvelos, “El mapa de tus
sueños” (publicada en mayo de 2013), inmediatamente pude terminar también “No
soy la Bella Durmiente” (publicada en enero de 2014) y empezar “Quimera”; y
entre reposos y revisiones, escribí una novela corta, “La decisión de Blanca”.
Y ahora vienen las publicaciones previstas
para este año 2015, y es cuando los que hayan seguido aquella conversación en
twitter, podrían echarme en cara que he mentido al asegurar que solo escribo
una novela al año, cuando en los próximos seis meses voy a publicar tres, pero
esta es la explicación: en abril sale “Quimera”, mi novela ganadora del Premio
Vergara, que hace un año que terminé de escribir. En junio, se reedita “La hija
del cónsul”, mi primera novela, y es eso, una reedición, no una nueva novela. Y
en septiembre, “La decisión de Blanca”, la novela corta que escribí mientras
dejaba reposar el anterior manuscrito. Parecen muchas publicaciones, pero ya
veis que no es para tanto.
Y mientras tanto, porque ahora sí logro
centrarme en una sola novela, y dedicarle todos mis pensamientos y mis horas de
escritura, ya he terminado la siguiente, que está pasando por el filtro de mis
lectoras alfa, y a la que aún le daré una o dos vueltas antes de enviar a la
editorial. (Sí, es mi sultán).
¿Otra novela? Me dicen amigos y familiares.
Sí, claro, es que aún no lo habéis entendido. Toda mi vida, leyendo,
escribiendo relatos cortos, y haciendo prácticas de taller literario, me he
estado preparando para este momento. En mis cajones guardo ideas más o menos
desarrolladas para al menos diez novelas. Lo único que tengo que hacer, a estas
alturas, es decidir con cuál me pongo, cuál me apetece en este momento, si
cambio de registro, de época, o incluso de género. Pero ideas, me sobran, ¡por
suerte!
Y ahora voy a ver si me pongo con la
siguiente.
Comentarios
Gracias por la visita, Demiurgo.
En mi caso ha sucedido como la primera opción que mencionas: fue publicar la primera, gustar, y al momento la editorial querer sacar una tras otra las novelas que guardaba en el cajón. Por ello en poco tiempo me he visto con cuatro historias publicadas. Ahora que he vaciado el cajón, la cosa va más lenta. Sobre todo porque escribo histórica, y ello exige una documentación minuciosa de vestuario, escenarios, contexto histórico, costumbres, etc, como bien dices.
O sea que, piano piano, que Roma no se levantó en un día.
Besos!
Besos desde México.
Jari.
Besos.