TRES PELÍCULAS IMPRESCINDIBLES EN CARTELERA
Hace tiempo que no escribo de cine en el blog. Bueno, hace tiempo que apenas escribo de nada, lo tengo abandonado el pobre. La culpa es de la redes sociales, que son vampiros que nos roban cada minuto de conexión, y también de mi otro blog, con el que le soy infiel a éste, y que comparto con mis queridas siete pecadoras:
A lo que vengo es a hacer un resumen rápido de las tres últimas películas que he visto en el cine, y que nos han encantado a toda la familia. Por orden de visionado:
1. LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA.
Grande, grande. Como sus protagonistas, unos actores de Goya, todos ellos. Como su trama, un humor español algo más refinado, con su toque de drama, en un perfecto equilibrio gracias a un buen guión y una cuidada dirección.
No os cuento la trama, a mí no me gusta que me la cuenten. Pero vale la pena verla, hasta la sorpresa final.
2. GRAVITY.
Todo un ejercicio de delicadeza. Lo primero que se viene a la cabeza con esta película es aquella magnífica "Buried", de Rodrigo Cortés. Sí, la del secuestrado que está encerrado en un ataúd y toda la película transcurre dentro del mismo.
En Gravity, por el contrario, no están encerrados, están absolutamente libres, flotando fuera de nuestra atmósfera. Y sí, es tan asfixiante como lo era el ataúd de "Buried".
Con una magnífica interpretación de Sandra Bullock (¿En serio, Sandra Bullock? SÍ, EN SERIO), una bella fotografía y también una cuidada dirección, es una película de las que sí, o sí, hay que ver en pantalla grande.
3. PRISIONEROS.
¿Cuánto tiempo hacía que no veíamos un thriller de los buenos? ¿Desde Seven? Será por eso por lo que lo comparan con aquella película (lo bueno es que aquí no está Brad Pitt).
Otra película asfixiante. Dos niñas desaparecidas. Un padre desquiciado (nominación al Óscar para Hugh Jackman, por favor). Un policía desesperado (y para Jake Gyllenhall también, por qué no). Y una trama que se desarrolla lenta, pero segura. En la que nada es lo que parece y todo tiene importancia. Mucha más importancia de la que crees.
Y un final que no intenta rizar el rizo, que no se soluciona con un deus ex machina, y que, si la trama nos diera respiro, hasta podrías adivinar antes del final.
Pero no, no da respiro. Dos horas y media de película sin respirar. Que se dice pronto.
Tres grandes razones para ir al cine, a disfrutar de la pantalla grande y el sonido envolvente.
Luego no digas que no te lo advertí.
Comentarios
He llegado a este blog a través de otro y la verdad es que no lo conocía. Este verano leí La hija del cónsul y El mapa de tus sueños y ambas me parecieron lecturas muy agradables. Sólo pasaba por aquí para felicitarte por ellas.