UN PASEO POR MADRID
La ventaja de elegir ciudades españolas para ambientar mis novelas, al contrario que muchas compañeras del género romántico, que sienten predilección por escenarios extranjeros, especialmente el Reino Unido y USA, es que, sin mayores complicaciones, puedo visitar los lugares en los que transcurre la acción.
Incluso aunque mi novela esté ambientada a finales del XIX, como resulta con "Q", puedo pasear por el Madrid del siglo XXI y ver que determinadas calles y casas, probablemente ya estuvieran exactamente en el mismo lugar hace 118 años.
Hotel Inglés, el más antiguo de Madrid, hoy cerrado. |
Hace pocos días, de hecho, hice el recorrido entre el Hotel Inglés, en la calle Echegaray, donde vive temporalmente mi protagonista Jorge Novoa, y la casa de la calle Concepción Jerónima, donde Mariana reside con su tía.
Literalmente, he caminado sobre las huellas de mis personajes.
Literalmente, he caminado sobre las huellas de mis personajes.
Y es una sensación única. Solo comparable a lo que sentí en Roma, pisando el antiguo Foro y pensando que bajo mis pies estaban las huellas de César, Marco Antonio o Augusto.
La amarilla de la derecha sería la casa de Mariana |
Además, y en la vertiente más práctica, he descubierto que el camino entre una y otra calle no es demasiado largo, que es llano, y que las calles son estrechas. Que las fachadas del Madrid clásico están llenas de balcones, lo que de nuevo me recuerda a Roma, y que las puertas son de una altura suficiente para que quepa por ellas una jirafa (bueno, quizá inclinando un poco su larguísimo cuello).
De noche la luz es mortecina, como de farolas de gas, y casi te puedes esperar encontrarte con el sereno a la vuelta de la esquina, o escuchar el traqueteo de un coche de caballos acercándose.
De noche la luz es mortecina, como de farolas de gas, y casi te puedes esperar encontrarte con el sereno a la vuelta de la esquina, o escuchar el traqueteo de un coche de caballos acercándose.
Tengo facilidad para evadirme y crear mi propia realidad, así que, inmersa en mi ambiente novelesco, nada me importan los turistas que disfrutaban del buen ambiente de los bares de tapas y copas, y el hecho de que en la esquina de la calle Concepción Jerónima con la plaza de Jacinto Benavente, haya una tetería oriental con bailarinas del vientre incluidas, hasta me pareció un guiño hacia mis novelas anteriores.
Hay mucho más Madrid en "Q" que esta zona tan concreta, pero es la más importante por ahora, el resto ya os lo iré contando.
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Un beso