JUEVES LITERARIO: "MIRADA RETROSPECTIVA"
Yo tenía 11 años, 1980 supongo, y comenzaba 6º curso de la
antigua EGB. Entonces te asustaban diciendo que el cambio era importante,
varios profesores en vez de una sola como habíamos tenido, asignaturas más difíciles,
más deberes. Hasta entonces me gustaba el colegio, y sin ser la mejor de la
clase, nunca había tenido problemas para aprobarlo todo con unas notas bastante
buenas.
Y entonces conocí al nuevo profesor de matemáticas. Decían que
venía de otro colegio en el que tenía fama de pegar a los malos estudiantes.
Desde luego, el primer día no me pareció la persona más simpática. Nos exigió
un tipo de libreta concreta, que costaba lo que cuatro o cinco libretas de las
comunes, y nos aclaró que nos la revisaría a menudo. Mi madre se negó a
comprarme la dichosa libreta, puesto que ya tenía las necesarias para empezar
el curso. Así que cuando el profesor descubrió que no llevaba “su” libreta, me
advirtió que me suspendería para todo el año. Él cumplió su palabra y yo aprendí
a odiar las matemáticas.
Los tres años del segundo ciclo de EGB se me hicieron
interminables. Ya no me gustaba ir al colegio, tenía miedo a este profesor en
concreto, que insultaba, ordenaba y amenazaba a diario a los alumnos. Había
otros profesores que tampoco hacían mucho por mejorar el ambiente académico. Eran
tiempos en que se trataba de don/doña y de usted, y entre la timidez propia de
la edad, y su prepotencia, resultaba difícil sentirse cómodo en aquellas aulas.
¿Por qué traigo este recuerdo al jueves? Por el tema candente
de las nadadoras españolas de sincronizada y las diversas opiniones que se están
escuchando en las noticias.
Al igual que esta entrenadora a la que denuncian sus ex
alumnas, aquel profesor de matemáticas también tenía sus alumnos preferidos, a
los que daba un trato exquisito e incluso sonreía y alababa por sus logros.
Pero el hecho de tratar bien a unos pocos, no compensa por el maltrato psicológico
que nos dio a muchos.
(Siento haberme extendido con mi historia.)
Más recuerdos de los jueveros en el blog de PEPE.
Comentarios
Gracias por tu aportación a este jueves, Teresa.
Un abrazo.
Saludos.
En fin...
Un beso
Un abrazo
Un abrazo
sabes, tere? , a veces me gustaría proveer de valor mi ser, a veces me gustaría , ya el valor encima, dar de hostias, muchas, pero que muchas hostias a los prepotentes y mentirosos y así...
a veces...
medio beso...
Y gracias al resto, por desgracia, parece que compartimos malas experiencias. El dicho es "lo que no te mata te hace más fuerte", y yo estoy convencida que en mi caso, después de pasar el mal trago, sí me hizo más fuerte.
Hasta tal punto llegué a ir mal en matemáticas, que me aconsejaron un bachillerato de letras o una fp, porque yo, obviamente, no era chica de ciencias.
Me encabezoné con las ciencias y terminé por estudiar ingeniería informática, ya ves, con lo mal que llevaba las mates, se me ocurre cursar una carrera donde las matemáticas son un pilar fundamental. Y, terminé mis estudios, por supuesto.
Despues oposité y me hice profesora de educación secundaria por la especialidad de informática. Y mira las casualidades de la vida, uno de mis destinos fue el mismo instituto donde ese maestro (reciclado en profesor de ESO de 1ª y 2º) que te digo, se convirtió en compañero mío.
Cuando me vió, no salía de su asombro y una de las cosas que yo le dije fue: "Ya ves, aquí estoy despues de todo"
Disfruté como una enana.
Bss.
Sigo manteniendo que la profesión de maestro es vocacional y hay quien no sirve para tratar con los niños, no solo son conocimientos, un buen profesor hace milagros con los peques.
Besos!!!
Matices, por suerte también había algún "ángel" para echar una mano y salir del pozo.
Besos.
Un beso.
Un abrazo
Yo también le daría hostias o algo así como dicen Uds. ;)
un fuerte abrazo
Buen tema Teresa.
Un abrazo.
Una buena historia Teresa que se ve reflejada en la actualidad.
Un beso.
Saludos.
No sólo se se llamaban “profesionales”, como tales se les trataba, y alguno que otro hasta creó escuela.
Lamentable, como tantas otras cosas de esta España nuestra, en la que las cosas no han cambiado tanto. La “agresión” continua, ahora son los niños quienes plantan cara a los profesores, ¿dónde está la diferencia?.
Todos tuvimos una “perla” como la que describes en nuestra vida estudiantil, pero la mayoría salimos a flote a pesar de...
Muy buen texto, gracias por compartir la experiencia.