DE AUTORES MODERNOS, METALITERATURA Y ESTRELLAS INMERECIDAS
En la sección de críticas del Qué Leer en ocasiones casi me hacen recuperar la fe en los críticos mercenarios, concretamente con un apartado que llaman "La polémica del mes", en este caso concreto, referente a la novela "Un buen chico" de Javier Gutiérrez, a la que Gabi Martínez otorga cinco tinteros, el máximo galardón, y Antonio G. Iturbe uno, que no es el mínimo, el mínimo es un tintero volcado.
Pero lo que más me interesa de esta crítica en concreto del Sr. Iturbe, director de la revista por cierto, es que hace una reflexión general sobre lo que se está escribiendo, de la que voy a resaltar dos partes:
"Técnicamente magnífico. Aunque, eso sí, cansa un poco reconocer esos tics imprescindibles para ser moderno: no utilizar guiones en los diálogos (más cool), usar la segunda persona (más rupturista), poner referencias de no ficción sobre discos de culto (metaliteratura). Ya decía Joseph Conrad hace un siglo que el hombre siempre se cree muy moderno en su época."
"Me parece que tenemos la generación de escritores mejor formada de la historia pero la que menos cosas tiene que contar."
Últimamente he llegado a la conclusión de que cuando esta "generación" tan bien formada, reniega de la novela decimonónica, de la presentación-nudo-desenlace, de las historias con final cerrado, ¡¡de los guiones en los diálogos, por favor!, y tantos otras convenciones de la literatura en tiempos pasados, a mí me recuerdan a esos pintores que dan dos pinceladas y se creen que vale tanto con Las Meninas.
Señor pintor, primero pinte un retrato, un paisaje, un bodegón, reconocible, y después de que nos demuestre que conoce la técnica, ya puede hacer todos los garabatos que quiera.
Señor escritor, primero escríbame un relato con sus personajes bien definidos, con su argumento claramente expuesto, con su intriga y su final bien atado. Demuéstrenos que conoce el oficio, que sabe poner los puntos y las comas, que reconoce que en nuestro idioma siempre se ha utilizado, y bien utilizado, el guión de diálogo. Porque si no lo hace, señor autor postmoderno, a mí, que soy gallega y llevo el escepticismo grabado a fuego en mi adn, me parece que usted, en realidad, no tiene ni idea del oficio, o que le da pereza, o que piensa que está por encima de todo eso, incluso por encima del lector que le dedica su tiempo y su dinero.
Y si encima, como sospecha el Sr. Iturbe, no tiene nada que contar, pues qué quiere que le diga, le van a comprar sus novelas su madre, su abuela, y poco más, que yo seguiré leyendo a Dickens, a Galdós, y a Jane Austen, que en Gloria estén, bien merecida, todos ellos y muchos más que no hace falta ni citar, y que por algo tienen sus nombres escritos con letras mayúsculas en la historia de la Literatura. Lo que, de momento, no parece que se merezcan muchos de los actuales "autores estrella" de las editoriales españolas.
Comentarios
Estamos de acuerdo en que hay mucho fantasma por ahí suelto, y que para escribir digamos una novela moderna primero hay que empaparse de los clásicos y dominar la técnica.
Otra cosa es que haya escritores como José Saramago que apenas puntúan y les sale bien. Pero hay que ser un fenómeno.
Vivan los guiones en los diálogos.
Un abrazo.
Soy Javier Gutiérrez, el autor de la novela (de la novela sin guiones, quiero decir).
Oye ¿no os parece un poco arriesgado hablar de una novela sin haberla leído?
Lo digo porque estáis sacando conclusiones así a vuestro aire y, no sé, creo que no os hacéis una idea clara de cómo es Un buen chico.
Ojalá pudiera animaros a leerla, creo que os sorprendería. Ya que ha salido mi nombre en el post, pues me parece lo justo. Y luego sí, luego discutimos de aquello de mi oficio de escritor, de mi técnica, del respeto al lector y, si no queda más remedio, de la ortodoxia en la puntuación.
Espero vuestras opiniones aunque ya sé que estáis predispuestos en contra. Yo acepto el reto con alegría.
Os mando un fuerte abrazo y mucha suerte.
Javier
José Antonio, sí, fantasmas, estoy de acuerdo. Fenómenos hay pocos, y caraduras que venden cosas infumables como novela postmoderna, me parece que empiezan a sobrar ya en el panorama literario español.
Javier Gutiérrez, primero que nada pedirte disculpas si te he ofendido. Por supuesto que no era mi intención opinar sobre tu novela, puesto que no la he leído, como bien dices.
En realidad, creo que olvidé puntualizar en la entrada, me llama la atención la crítica porque me parece que no está hablando tanto de tu novela, como de lo que se está publicando en general. Quizá el director de Qué Leer tenía que haber publicado un editorial o un artículo con esas reflexiones, y no haber aprovechado unas columnas en las que debería haber hablado exclusivamente de tu novela.
Y a eso es lo que iba yo, a una reflexión sobre la novela de estos últimos años, si ha salido la tuya citada, es porque era a la que iba dedicada la crítica.
Mis disculpas de nuevo, y te propongo un trato, así un poco atrevidamente. Si yo me leo tu novela, y le hago una crítica todo lo justa y constructiva que sepa hacerlo, que yo no soy una experta, sólo opino como lectora, ¿leerías tú una de las mías?
Ahí te dejo el guante.
Gracias a los tres por la visita y los comentarios
Es cierto que creo que la reseña de Iturbe te ha hecho hacerte una idea de la novela muy distinta a la realidad. Por eso que decías de que tiene que haber planteamiento, nudo y desenlace y argumento e intriga y todo tiene que cerrarse al final, por eso he deducido que no la habías leído. En el fondo es un argumento bastante clásico sólo que pasado por la túrmix (y sin guiones).
Venga, acepto el reto. Reconozco que nunca he leído novela romántica, puede ser un buen ejercicio de apertura mental para ambos. No me comprometo a una fecha concreta para leerla pero lo haré pronto.
¿La hija del consul, por ejemplo? Lo compro en ebook (así es más fácil que la lea rápidamente).
Bueno, a ver qué pasa.
Un abrazo
Confieso que yo también soy reticente, las historias de sexo, drogas y rock&roll (palabras del crítico) nunca me han atraído, lo realista ya me lo encuentro todos los días en la prensa, prefiero leer para soñar, pero ahora que he lanzado el guante, lo recojo por supuesto con elegancia y me pongo a ello.
Nos leemos.
Nos leemos.
Un abrazo.
Ánimo.
José Antonio me temo que la falta de guiones en los diálogos es sólo el principio.
Abrazos
Un abrazo.