Diente de león
Me lo dijo Xosé Antón el domingo, en Vigo. Y es una de las cosas más bonitas que me han dicho sobre "La hija del cónsul".
Me habían dicho que se lee fácil, que engancha, que relaja, que te hace viajar a sus paisajes...
Pero es la primera vez que alguien la compara con un diente de león, y eso me hizo retrotraerme a mi infancia, al tacto suave de la flor. Cuántas veces me habré pasado una por la cara, por un brazo, sintiéndola como una caricia fantasma, antes de soplarla para verla desaparecer en la brisa.
Comentarios
Sutil Xosé, soplar el diente de león y verlo salir volando, etéreo, así se leerá tu novela, sin otro problema que echar a volar por tu imaginación.
Bico, Teresiña, y ya sabes, estaré en Cariño 15 días.
Dime qué días vienes, que estos fines de semana de verano siempre los tengo muy ocupados, pero hago un hueco y nos tomamos algo.
Un beso.
Un abrazo de la coordinadora de neveras móviles...
Gracias a ti...
Bikiños