La vida de las cosas
Siempre me muestran a las visitas. Los llevan hasta mi pared y se empeñan en que no sólo me miren, sino que me desnuden por completo. Que si la paleta de colores, que si la luz, que si la alegoría... Un Picasso, dijo una vez un despreciable cenutrio. Como si se pudiera confundir el cubismo con el impresionismo.
Cuando ya me han diseccionado a fondo, ella muestra su sonrisa perfecta, mientras el habla del artista y el proceso de creación. No sabe cómo recuerdo yo los trazos del boceto sobre mi final piel, las pinceladas, las correcciones, los retazos de alma que se fue dejando impresos en cada hilo del lienzo. Después, satisfechos, me dan la espalda y se dedican a otras conversaciones, a cosas de simples mortales.
Creen que les pertenezco porque han pagado por el derecho a mirarme. Pero yo ya existía mucho antes de que ellos nacieran y seguiré aquí cuando se hayan ido. Y mientras tanto, soy yo quien les mira. Siempre.
Comentarios
Bikiños
Muy linda historia-
Un beso, guapa.
La de historias que habrá escondidas detrás de cada uno de esos seres inanimados. Esta es una más pero, ojo, hay que saber contarlas, y ahí está el mérito de la autora.
Muy ingeniosos.
Un abrazo
Y por supuesto que no era un Picasso, Fernando, es un Monet. Si se pasa por aquí Juanma te vas a enterar.
Mira me he quedado perplejo al leer:
"...dijo un despreciable cenutrio...", que sepas que he tenido que buscarlo en el google:
"Persona poco hábil o de corta inteligencia"
Pues tiene razón ese cuadro que por cierto es precioso, al igual que el relato...
Un abrazo
EStupendo micro.
Bien!
Ocasión para encontrarte!
Nos leemos!
Mon
Enhorabuena. Me ha gustado mucho tu relato.
Me gusto mucho leer tu relato Teresa, y gracias por visitar el espacio y dejar tu lindo comentario, siempre eres bienvenida!!!
Por cierto, Ardilla Roja, no sólo es que tendrías que pensar en lo que nos puede decir una simple silla o una cama; sino que deberías escribirlo y nos lo cuentas a todos ;)))
Un abrazo,
Ramón Alcaraz
Un beso
Saludos.
Nunca sabes, cuando empiezas un relato, realmente lo que vas a escribir, aunque tengas una idea aproximada. En este caso, la mía fue así de simple, me encontré mirando para un cuadro y pensé si él también me estaría mirando, y al momento siguiente ya lo estaba escribiendo. Pero, como sucede con el libre albedrío de los personajes, este cuadro se me rebeló y aún después de escribirlo, cuando buscando en Google un Monet (mi pintor favorito) me encontré este precioso retrato de su esposa que nunca antes había visto y que tan oportuno me resultó para el micro.
Besos a repartir. Y que tengamos muchos sábados más literarios como este.
Un abrazo.
Un beso.